El expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) dijo este viernes a EFE que el Gobierno de Luis Arce tiene un supuesto plan para detenerlo y trasladarlo a Estados Unidos o Argentina, para evitar que se presente como candidato en las elecciones de 2025.
“Es muy grave lo que está pasando en Bolivia y tengo la obligación de denunciar lo que está pasando a la opinión pública nacional e internacional”, señaló el político.
Morales mencionó que recientemente recibió dos advertencias de personas ligadas al Ministerio de Gobierno (Interior), quienes le alertaron que el titular de esa cartera, Eduardo del Castillo, junto con la Policía trabajan para detenerlo.
El plan “es acabar con la vida de Evo, si no pueden acabar con la vida Evo es detenerlo y enviarlo a Argentina o Estados Unidos, con el único propósito de evitar su candidatura“, remarcó.
El exmandatario dijo que el plan está orientado a “exiliarlo” o “botarlo” de Bolivia, para procesarlo judicialmente en Estados Unidos por un caso de narcotráfico al que, a su juicio, buscan relacionarlo.
O para mandarlo a Argentina por una investigación abierta por estupro y trata de personas, supuestamente cometidos por Morales cuando tenía refugio en ese país.
El primer caso está asociado con la solicitud de extradición de Maximiliano Dávila, exjefe antidrogas en el Gobierno de Morales, que hizo Estados Unidos a Bolivia, ya autorizada por la Justicia boliviana y que el Gobierno afirmó se efectuará antes de Navidad.
Morales aseguró que “hay una presión desde el Ministerio de Gobierno” para que Dávila declare en su contra a pesar de que la DEA ya lo investigó y no encontró “nada”.
A juicio del exjefe de Estado, no procede aplicar el tratado de extradición de 1995 entre Bolivia Estados Unidos al no existir relaciones a nivel de embajadores entre ambos países desde 2008.
También señaló que la entrega del exjefe antinarcóticos “es un sometimiento abierto a Estados Unidos por parte del Gobierno, (para) hacer buena letra y buena imagen”, cuando corresponde que ese asunto se resuelva en Bolivia.
En cuanto al caso estupro y trata de personas, Morales reiteró que es un tema cerrado hace varios años en el que no se demostró nada.
Atrincherado en su bastión
Morales está atrincherado en el Trópico de Cochabamba, su principal bastión político y sindical, para evitar una posible captura por una investigación de estupro y trata de personas que está en curso y que lo involucraría con una menor de edad con la que supuestamente habría tenido una hija durante su Presidencia.
La última vez que Morales salió del Trópico fue durante una marcha de 190 kilómetros que comandó hacia La Paz con varias demandas hacia el Gobierno, acción que el presidente Arce calificó como un “intento de acortamiento de su mandato”.
El político dijo que es objeto de “seguimiento (y) vigilancia física y electrónica”, pero que no se esconde y permanece bajo el resguardo de unos mil campesinos en una sede sindical de productores de hojas de coca, en la localidad de Lauca Ñ.
“Estamos preparando al Trópico de Cochabamba, vamos a defendernos, y Evo no va a abandonar Bolivia, (estaré) junto a mi pueblo, voy a defender a mi pueblo”, recalcó.
Recientemente, Morales fue desplazado de la presidencia del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) después de casi tres décadas, cuanto el ente electoral reconoció al dirigente Grover García, quien es leal al presidente Arce, como nuevo líder de ese partido.
Arce y Morales están distanciados desde finales de 2021 por diferencias en el manejo del Ejecutivo y el control del MAS.
Morales reiteró que luchará por recuperar la presidencia del MAS y que de no lograrlo se presentará en las próximas elecciones “con cualquier sigla” o “cualquier alianza”, a pesar de una prohibición constitucional a la reelección indefinida. (EFE)