Israel bombardeó el domingo objetivos hutíes en Yemen y lanzó nuevos ataques aéreos en Líbano, ampliando su confrontación con los aliados de Irán en la región dos días después de eliminar al líder de Hezbolá, Sayed Hasán Nasralá.
Los ataques aéreos en el puerto yemení de Hodeida fueron una respuesta a los ataques hutíes con misiles de los últimos días, dijo Israel, en medio de temores de que los combates en Oriente Medio puedan salirse de control y atraer a Irán y Estados Unidos, el principal aliado de Israel.
El Ministerio de Salud yemení dijo que murieron al menos cuatro personas y 29 resultaron heridas.
Los bombardeos se produjeron mientras Israel atacaba más objetivos en Líbano, donde la intensificación de su ofensiva durante dos semanas ha acabado con la vida de varios altos manos de Hezbolá y han expulsado a cientos de miles de personas de sus hogares.
El Ministerio de Salud libanés declaró que los ataques del domingo mataron al menos a 105 personas, 32 de ellas en Ain Deleb (sur) y 33 en Baalbek-Hermel (noreste), y que 14 médicos habían perecido en ataques aéreos en los dos últimos días.
Israel prometió el domingo mantener su ataque. “Tenemos que seguir golpeando con fuerza a Hezbolá”, declaró el jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi.
Los aviones no tripulados israelíes sobrevolaron Beirut durante la noche y gran parte del domingo, y los fuertes estallidos de nuevos ataques aéreos resonaron en la capital libanesa.
Hezbolá e Israel han intercambiado disparos a través de la frontera desde el comienzo de la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque del 7 de octubre de militantes de Hamás. Los hutíes han lanzado ataques esporádicos contra Israel durante todo ese tiempo y han complicado la navegación por el mar Rojo.
Israel intensificó rápidamente sus ataques contra Hezbolá hace dos semanas, matando a gran parte de la cúpula del grupo, con el objetivo de que sus zonas septentrionales sean seguras para que los residentes puedan regresar a sus hogares. El ministro de Defensa israelí está estudiando la posibilidad de ampliar la ofensiva.
La muerte de Nasralá supuso un duro golpe para el grupo que dirigió durante 32 años y fue seguida de nuevos disparos de cohetes de Hezbolá contra Israel. Irán dijo que su muerte será vengada.
Estados Unidos ha instado a una resolución diplomática del conflicto en Líbano, pero también ha autorizado a sus militares a reforzarse en la región.
Al ser preguntado por la posibilidad de evitar una guerra total en Oriente Medio, el presidente estadounidense Joe Biden dijo: “Tiene que ser así”. Añadió asimismo que hablará con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
En Irán, altas personalidades lamentaron la muerte de un alto miembro de la Guardia Revolucionaria asesinado junto a Nasralá, y Teherán pidió una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre las acciones de Israel.
El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, fue trasladado a un lugar seguro en Irán tras la muerte de Nasralá, según informaron fuentes a Reuters.
MUERTES EN LÍBANO
El cuerpo de Nasralá fue recuperado intacto del lugar del ataque del viernes, según dijeron a Reuters una fuente médica y otra de seguridad. Hezbolá no ha dicho cuándo se celebrará su funeral.
Nasralá hizo de Hezbolá una poderosa fuerza interna en Líbano y contribuyó a convertirla en el eje de la red de grupos aliados de Irán en el mundo árabe.
Algunos libaneses le lloraron el domingo.
“Hemos perdido al líder que nos dio toda la fuerza y la fe en que nosotros, este pequeño país que amamos, podríamos convertirlo en un paraíso”, dijo la libanesa cristiana Sophia Blanche Rouillard, llevando una bandera negra a su trabajo en Beirut.
El Ministerio de Salud libanés dijo que más de mil personas han muerto en Líbano y más de 6.000 han resultado heridas como consecuencia de los ataques israelíes en las últimas dos semanas, según informó anteriormente el Ministerio de Salud. No especificó cuántos eran civiles y cuántos combatientes.
En Beirut, algunas familias desplazadas pasaron la noche en los bancos de la bahía de Zaitunay, una cadena de restaurantes y cafés en el paseo marítimo de Beirut. El domingo por la mañana, familias que no tenían más que una bolsa de lona con ropa habían tendido colchonetas para dormir y se habían preparado té.
“No podrán destruirnos, hagan lo que hagan, bombardeen lo que bombardeen, desplacen a la gente, nosotros nos quedaremos aquí. No nos iremos. Este es nuestro país y nos quedamos”, dijo Françoise Azori, una residente que se ejercitaba por la zona.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas declaró el domingo que había puesto en marcha una operación de emergencia para suministrar alimentos a los afectados por el conflicto. (Reuters).
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